Patrimonio Mondiale: la Natura e le Impronte Umane

Es un pensamiento generalizado que el Patrimonio Mundial sólo está representado por los sitios que muestran monumentos y ruinas de la antigüedad. Pocos saben que también forman parte de ese Patrimonio otros edificios y arquitecturas, bienes naturales, pasajes culturales y esos "legados culturales inmateriales", aún presentes y vivos, transmitidos de generación en generación, que se han convertido en señas de identidad de comunidades y grupos sociales: expresiones orales, artes escénicas, prácticas sociales, ritos y fiestas, artesanía tradicional.

Lugares y bienes, por tanto, que testimonian las tradiciones y culturas del Hombre y su genio creador, su interacción con el entorno y sus construcciones arquitectónicas, la Naturaleza, los paisajes y los hábitats de la biodiversidad.

Entre ciudadelas fortificadas, arquitectura urbana, centros históricos y jardines, lugares culturales y espirituales, monasterios, templos e iglesias, castillos del desierto y pirámides en terrazas, desiertos, sabanas y bosques, las fotos retratan 39 sitios del Patrimonio Mundial: Ait-Ben-Haddou (Marruecos), Alcobaça (Portugal), Alto Duero (Portugal), Tierras Altas Centrales (Sri Lanka), Ámsterdam (Países Bajos), Anjar (Líbano), Antigua (Guatemala), Baalbek (Líbano), Batalha (Portugal), Brujas (Bélgica), Chiloé (Chile), Coimbra (Portugal), Dambulla (Sri Lanka), Echmiatsin y Zvartnots (Armenia), El Jadida (Marruecos), Essaouira (Marruecos), Fez (Marruecos), Galle (Sri Lanka), Haghpat y Sanahin (Armenia), Kandy (Sri Lanka), Lago del Oeste (Hangzhou, China), Marrakech (Marruecos), Meknes (Marruecos), Ngorongoro (Tanzania), Oporto (Portugal), Ouadi Qadisha (Líbano), Petra (Jordania), Polonnaruwa (Sri Lanka), Quiriguá (Guatemala), Quseir Amra (Jordania), Rabat (Marruecos), Rapa Nui (Chile), Serengeti (Tanzania), Sigiriya (Sri Lanka), Suzhou (China), Tikal (Guatemala), Valparaíso (Chile), Volubilis (Marruecos), Wadi Rum (Jordania).

A la exposición se añaden imágenes de tres elementos incluidos en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, investigados por el objetivo de Michele Spadafora. Entre ellos figura el fado portugués, la triste y nostálgica canción popular del alma portuguesa interpretada por una voz que dialoga con una o dos guitarras, a veces acompañada por una o dos violas. Nacido en el barrio lisboeta de Alfama al final de las guerras napoleónicas, el fado (de "fatum") se canta hoy en día en las tabernas y casas de fado del casco antiguo de la ciudad: un hombre o una mujer cantan amores de miseria y muerte, de dolor y desesperación, de destino sombrío e ineludible.

Y de nuevo, la plaza Jemaa el-Fna, símbolo de Marrakech y de la tradición popular marroquí, situada a la entrada de la Medina y punto de encuentro de día y de noche, repleta de vendedores y tenderetes, músicos y cuentacuentos, bailarinas y curanderos, predicadores y adivinos, aguadores y encantadores de serpientes.

Y, por último, Armenia con su "cruz de piedra" o Khachkar, una estela conmemorativa de piedra que encierra una cruz finamente tallada que descansa sobre el símbolo del sol (o rueda eterna), adornada con rosetas, tejidos y motivos vegetales (rara vez figuras divinas o santos), que representa el árbol perenne de la vida. Una vez erigida, es bendecida y ungida, y se convierte en un signo religioso.